En este breve artículo les explicaré en qué consiste la telemedicina, cuáles son sus regulaciones actuales, cuáles son sus ventajas y desventajas junto con unos breves consejos sobre cuándo se puede y cuándo definitivamente no es bueno usar este medio.
¿Qué es la telemedicina?
Se trata de un tipo de atención médica a distancia, que permite el uso de las tecnologías de información y telecomunicación, para facilitar el acceso y oportunidad en los servicios de salud. Existen varias modalidades de telemedicina, sin embargo, en este caso me referiré particularmente a la TELEMEDICINA SINCRÓNICA (aquella en la que el médico valora el paciente en tiempo real) que es la que me encuentro autorizado para hacer (y estoy realizando). Con la situación actual en la que se encuentra el mundo, la telemedicina ha tomado mucha fuerza teniendo en cuenta las limitaciones para la movilidad que se han presentado y dando la posibilidad de que se puedan resolver problemas médicos sin necesidad de asumir exposiciones innecesarias.
¿Qué dice la ley?
Legalmente la telemedicina está definida en Colombia desde la Ley 1419 del 2010, Art. 2., posteriormente en la resolución 2654 de 2019 se le da su alcance en áreas de promoción, prevención, tratamiento y paliación de los pacientes. En la emergencia actual, el ministerio de salud de Colombia expidió el decreto 538 del 12 abril del 2020 que comprende medidas de emergencia en nuestro sector para contener y mitigar la pandemia de Covid-19. Dentro de esas medidas se incluye la autorización transitoria para la prestación de servicios de telemedicina a los diferentes prestadores previa solicitud de dicha modalidad por parte de los mismos. Para la teleconsulta la paciente debe aceptar un consentimiento informado generado para tal atención y se ha permitido el uso de servicios de correo electrónico para el envío de medicamentos o solicitud de exámenes.
¿Para qué sirve y para qué no sirve?
Si bien esta modalidad es de gran ayuda para muchas pacientes, tiene sus limitaciones, de acuerdo a la experiencia que he tenido en los últimas semanas, la telemedicina ha sido muy útil para evaluar pacientes con inquietudes con respecto a exámenes (por ejemplo revisión de ecografías, citologías, colposcopias), debido a que la interpretación usualmente no requiere de una evaluación física inmediata de la paciente. Otro escenario en el que la teleconsulta ha sido útil es en la evaluación inicial de pacientes jóvenes con trastornos de la menstruación o sospecha de infecciones vaginales, normalmente en estos casos, de acuerdo a los síntomas referidos se puede sospechar el diagnóstico e indicar el manejo inicial, con el compromiso de ser valoradas de forma presencial con exámenes y/o posterior al tratamiento indicado. Por otro lado, hay situaciones en las que la teleconsulta no es suficiente para dar claridad sobre el diagnóstico y manejo y es mejor la presencia física de la persona, por ejemplo pacientes embarazadas que no tienen controles prenatales previos, pacientes con sangrados vaginales abundantes, con dolores abdominales, adultos mayores, o pacientes con otras enfermedades (como diabetes o hipertensión arterial).
EN RESUMEN,
la teleconsulta es una herramienta muy importante, y avalada por la ley, de la que disponemos los prestadores de salud para facilitar la comunicación con nuestros pacientes. Como cualquier estrategia, tiene sus escenarios específicos y estas deben ser reconocidas por todos los participantes para sacarle el máximo beneficio y también evitar falsas expectativas.